La huelga de hambre, sostenida durante cinco días por el Presidente Evo Morales, resultó ejemplar para más de 3.000 bolivianos que en su país y en el exterior lo imitaron en su gesto inspirado en la tradición Ghandiana de la No-Violencia Activa.
La campaña concluyó luego que los legisladores aprobaron una ley electoral histórica que aumentará la representación para la gente proveniente de áreas rurales de bajos ingresos.
El martes, finalizada la huelga, el Vicepresidente boliviano Álvaro García aclamó lo que calificó como una victoria sobre la elite del país.
El Vicepresidente García Linera señaló: “Si la oligarquía me insulta, si me agrede, significa que estoy cumpliendo mi trabajo. Significa que estoy defendiendo al pueblo. Significa que estoy cumpliendo mi deber constitucional de proteger a la patria”.
Este proyecto de ley también establece que las próximas elecciones a la Presidencia y al Congreso de Bolivia se celebrarán en diciembre próximo.