Política

Mientras la Asamblea de Sol en Madrid resuelve ir levantando en el próximo fin de semana la acampada que se ha sostenido por casi un mes, los indignados de Tuquía han resuelto acampar en la Plaza Taksim, para centrar allí los diversos reclamos de los jóvenes que han acuñado un nuevo slogan para su protesta masiva: “Túnez, Tahrir, Madrid y ahora Estambul”.

El presidente electo de Perú, Ollanta Humala, pondrá en marcha con celeridad programas sociales y no tiene plazos para nombrar ministros, como le exigen sectores conservadores.
El economista Schydlowsky, a cargo de la transferencia gubernamental, dijo que está en preparación plan de acción que permita aplicar esos programas en los 100 primeros días del mandato de Humala.

El Perú no es una nación fácil de gobernar. No lo fue para los Incas que levantaron su imperio imponiéndose con violencia a pueblos que luego se aliaron ilusamente con los españoles para lograr su liberación. El autoritarismo colonial tuvo que enfrentar la misma resistencia y sólo por medio de la fuerza logró lapsos de tensa paz.

El Presidente yemení Ali Abdullah Saleh sigue en Arabia Saudí por su tratamiento médico, cuatro días después de haber sido herido en el complejo presidencial en su país. El líder político en ejercicio que lo subrroga actualmente en Yemen afirma que Saleh regresará en unos días, pero aumentan las presiones para que éste renuncie.

En Wisconsin, más de mil trabajadores marcharon en Madison el lunes para protestar contra el proyecto de ley de “reparación del presupuesto” del gobernador Scott Walker, que recorta los derechos de negociación colectiva y los fondos para los programas de educación, asistencia médica y para los jubilados. Ocho personas fueron arrestadas.

El jefe de gabinete dijo que la Presidenta va a llegar cómoda a octubre. Además señaló que el pacto entre el candidato presidencial de la UCR y el empresario colombiano volvió “más conservadora” a su propuesta política. Consideró que ese tipo de armado electoral “no es lo que quería” su padre, el ex presidente Raúl Alfonsín.

El triunfo de ayer de Ollanta Humala en las elecciones de la segunda vuelta el Perú, frente a la candidata congresista conservadora Keiko Fujimori, es una clara expresión de que el pueblo peruano, al igual que la mayor parte de los pueblos de América del Sur, también busca un profundo cambio en las políticas de Estado.

Al momento de escribir estas líneas los “conteos rápidos” de todas las encuestadoras daban como ganador, si bien por un estrecho margen, a Ollanta Humala. De confirmarse estos anticipos el clima de renovación política y social instalado en América Latina desde finales del siglo pasado se verá considerablemente fortalecido.

Por Atilio A. Boron

Seguramente el triunfo de Humala fue celebrado por la mayoría de los mandatarios de la Región y sus gobiernos. Pese a que muchas interrogantes se abren a partir de su elección -debido a la falta de referencias explícitas y los cambios de planes vislumbrados en la recta final de su campaña-, ciertos aspectos insalvables pueden ayudar a dar un panorama de su posible mandato.

Por primera vez en el Perú la izquierda gobernará en democracia enarbolando la bandera de la inclusión social, de la lucha frontal contra la corrupción y de la distribución de la riqueza; al menos en el discurso. La decisión de los peruanos se da en el marco del mayor crecimiento de la economía peruana en toda su vida republicana. El reto está planteado.